Autor. Denis Rafter
Director. Denis Rafter
El irlandés Denis Rafter hace doblete como director y autor en «Aidós», una reflexión sobre la capacidad del ser humano para la guerra. Para ello ha ideado un viaje por las edades del hombre y las de la escena que le permite mezclar géneros diversos como el teatro griego de máscaras o el vodevil.
Con una escenografía mínima, a camino entre un zigurat o una pirámide acabada de construir en la imaginación del espectador, Denis Rafter ha creado en «Aidós» un montaje alejado de artificios.
La sinceridad de su texto, escrito hace cinco años, es la base sobre la que poco a poco se va levantando esta obra, «una reflexión sobre el hombre, su capacidad para la guerra y su capacidad para la bondad», explica Rafter. «No me podría quedar impasible con todo lo que se oye diariamente de las guerras que suceden en el mundo. Así que decidí escribir sobre todo eso que veo y oigo en las noticias. Estamos tan acostumbrados a ver dolor que acabamos inmunizándonos frente a eso».
Por las edades del hombre
Para sacudir esa impasibilidad Rafter esgrime una escritura tan optimista como él mismo y un teatro que recupere la capacidad de reír, a pesar de tratar temas tan poco irrisorios como la muerte y el dolor. «Aidós» [que en griego significa «vergüenza» o «sentido del honor»] es el resultado de ese intento de sorprender al público, de invitarle a la reflexión. Y para ello Rafter ha ideado un viaje a las edades del hombre, que también son las edades del teatro.
Con dos únicos personajes, Tros – un soldado de cualquier tiempo que antes de morir rememora toda su vida – y Hermano – el reflejo de su subconciencia que le conducirá a la reconciliación consigo mismo – el montaje juega con personajes y estilos teatrales.
El circo, el vodevil, el teatro de máscaras… todo esos estilos de recuperan y se entremezclan al compás que marcan los protagonistas, al ritmo con el distintos personajes aparecen en escena: dos monjes a dos doncellas griegas o damas medievales, pasando por Sócrates o el personal de la limpieza, que le recuerdan al protagonista «lo que ha hecho en su vida». «Estos personajes representan distintas épocas de la historia y del teatro. También aportan diferentes visiones de la guerra, pero todo de forma muy cómica. Porque creo que es la mejor manera de que se resalte la tragedia que hay de fondo». Esos personajes también salen de los recuerdos de Rafter, de las playas irlandesas, de su educación católica, de sus imágenes y sonidos robados a la memoria adolescente. Y Freud y su teoría del subconsciente. «Hay mucho teatro en Freud, y mucho Freud en el teatro», dice Rafter.
Mezcla de géneros
«Aidós» es teatro clásico, contemporáneo, comedia, tragedia. Es sugerencia, abstracción de ideas, y concreción de resultados. Los actores Francisco Blanco y Esteban Ballesteros acompañan a Rafter en este viaje, un periplo que recuerda al de Ulises. Rafter también es un Ulises que ha encontrado en la escritura del texto su propia Ítaca. Su lugar de partida se sitúa hace cinco años, cuando comenzó a escribirla, y el de llegada, con la recuperación, este año, de aquel sueño olvidado. «Aidós ha sido como un niño al que no presté atención en su momento porque se interpusieron otros proyectos como director. Pero la oportunidad de estrenarlo y de hacerlo en un sitio como la sala Pradillo me animaron a su recuperación. Y está mereciendo la pena».
La escritura del texto se resuelve en escena con una dirección sincera, entusiasta y con mucho sentido del humor. La agilidad del montaje de salda en la relación de sus dos protagonistas, que beben de las grandes parejas del cine, del teatro, de la literatura, de la vida. «El rey Lear y su bufón, Quijote y Sancho, dos hermanos, dos amigos/enemigos… Tros y Hermano son todos esos personajes a la vez». Pero más que hablar de la obra, Rafter lo que le gusta es soñar con la reacción del público.
Viaje simbólico
Tal vez por eso «Aidós» tiene, como todo viaje, algo de alucinación, de sueño. Por eso el color azul está presente en la obra. Al simbolismo del color se le suma el del número siete, presente en la estructura de tosa la pieza: «Siete son los escalones de la pirámide que yo imagine, como siete son los pecados capitales, las edades del hombre o los pilares de la sabiduría…»
Como buena caja de Pandora que debe una obra, y esta lo es de principio a fin, la sorpresa está contemplada no sólo en su escritura sino también en su dirección. Y es que Denis Rafter conoce buena parte de los secretos del teatro.
A pesar de ser reconocido como director, Rafter también es autor de tres monólogos – «The Remarkeble Oscar Wilde», «O’Shakespeare» y «Ser actor» – cuya escritura le ha ayudado en la creación textual de «Aidós» y cuya puesta en escena siempre tuvo claro que debía ser él mismo quien la hiciera.
Rafter lleva casi treinta años en España, buena parte de ellos dedicado al teatro. Formado en el Abbey Theatre de Dublín, es actor y, sobre todo, director de escena. Ha dirigido textos de Shakespeare – «El sueño de una noche de verano»-, Calderón -«No hay burlas con el amor», para la Compañía Nacional de Teatro Clásico -, y de Agustín García Calvo. Vinculado por un año al teatro de La Abadía de Madrid, de la que fue director gerente de 1994 a 1995, también ha desarrollado una importante carrera paralela como profesor de teatro. La obra se representará en el teatro Pradillo de Madrid hasta el 3 de diciembre.
Itziar de Francisco
El Cultural. 22.11.2000
Reparto Ficha Artística y Técnica
Tros:
Francisco Blanco
Hermano:
Esteban G. Ballesteros
Iluminación:
Enrique Rodríguez
Realización escenográfica:
Diego Parejo «El Molino»
Ayudante de producción:
Fernando Ramos
Coproducción:
Denis Rafter y Las Siete Sillas
Escrito y dirigido:
Denis Rafter